La campaña para erradicar la corrupción en el fútbol chino acaba de anotar otro tanto con las condenas impuestas a cuatro árbitros, entre ellos "Silbato de Oro", un ex réferi mundialista. En Diciembre, un tribunal chino sentenció a 60 implicados, entre jugadores, árbitros, entrenadores, dirigentes de clubes y ex directivos de la federación.
Son las primeras sentencias de un proceso de investigación emprendido en el 2009 por el Ministerio de Seguridad Pública, sobre arreglo de partidos, manipulación de apuestas y sobornos a todo nivel en el circuito local de la Super Liga China, que agrupa a los clubes de primera división patrocinados por poderosas empresas.
Lu Jun, galardonado con al distinción Silbato de Oro, dirigió encuentros en el Mundial del 2002 y en los Juegos Olímpicos del 2000. Ha recibido una pena de cinco años y seis meses en prisión por aceptar sobornos para arreglar el arbitraje en siete partidos de la liga.
Su colega, Huang Junjie, fue sentenciado a siete años de cárcel. Durante el juicio éste árbitro confesó haber sido sobornado para manipular el encuentro amistoso entre el Shenzhen FC y el Manchester United que se jugó en el 2007 en China. Se desconoce si el club inglés tenía conocimiento de este arreglo.
Sin embargo Zhou Weixin, tristemente famoso por un partido de la liga del 2004, en el cual uno de los equipos se retiró de la competencia debido a su mal arbitraje, apenas fue condenado a tres años de prisión. El cuarto árbitro, Wan Daxue, pasará seis años tras las rejas dirigiendo los choques de los reclusos.
La liga también ha sido descabezada. Su ex director general, Lu Feng, fue sentenciado a seis años y medio por corrupción. Éste sábado, el tribunal emitirá las sentencias contra el ex vicepresidente de la Asociación China de Fútbol (ACF) Yang Yimin y el director de la Asociación China de Árbitros, Zhang Jianqiang.
La lista de implicados es tan grande que los juicios se han vuelto mediáticos por la gran pasión que está despertando el fútbol, el deporte con más aficionados en China. Desde su profesionalización en 1994, la selección nacional clasificó a un Mundial, el de Japón y Corea 2002. Terminó en esa competencia en el último lugar.
Además de los escándalos de corrupción, el fútbol chino registra casos de violencia, dentro y fuera de la cancha, bajos salarios para los jugadores locales frente a millonarios contratos para extranjeros. Todos estos factores afectan su calidad.
Por Patricia Castro Obando
Beijing China
FUENTE: DIARIO EL COMERCIO Sección: Punto de Vista; Pág. a23; 18 febrero 2012.
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